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Debemos negarnos a conformarnos cuando la herencia está al alcance de la mano.
- diciembre 16, 2025
- Publicado por: Alianza del Reino
- Categoría: Kingdom Advancers International
30 de agosto de 2020
Por: David Hoskins
La tentación de buscar una tregua con el enemigo puede ser abrumadora. Créeme cuando digo que el Diablo no mantendrá la tregua por mucho tiempo. Al enemigo de nuestra alma le encanta cuando nos quedamos a un paso de la promesa. Eso le permite reagruparse y planear nuestra ruina.
No todos los que deciden edificar una torre tienen la resistencia o el valor para completar la tarea.
Lucas 14:28 (RVR1960)
28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
Muchos de los que salen hacia la tierra de la promesa encuentran más fácil establecerse antes de cruzar el Jordán. Así sucede también con quienes persiguen nuevos odres. Hay muchas razones por las cuales justificamos conformarnos antes de terminar nuestra carrera. En ocasiones Dios permite que nos establezcamos, tal como lo hizo con Rubén, Gad y Manasés. En el día de la promesa eligieron menos que lo mejor de Dios.
Es interesante que, cuando algunas de las tribus decidieron establecerse antes de llegar a la promesa, Dios aun así les exigió que pelearan contra los enemigos del otro lado del Jordán. Se conformaron con menos que la promesa y aun así tuvieron que hacer la guerra como si la poseyeran. Se les requirió pelear, y todo lo que hicieron fue para finalmente ser desposeídos de la tierra en la que decidieron establecerse. A veces Dios nos permite conformarnos, pero rara vez es la decisión correcta. Cuando retrocedemos, Dios todavía tiene su manera de enseñarnos que no existen atajos ni caminos fáciles. Debemos pelear la buena batalla de la fe si deseamos ver la herencia.
2 Timoteo 4:7 (RVR1960)
7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Esta es una temporada en la que debemos ir más allá de los ataques emocionales que vienen contra nosotros y avanzar hacia la promesa. Si no atravesamos la transición, podemos quedarnos atrapados en un estado de transición por temor al otro lado o por miedo a lo desconocido. No hay gracia para desalojar enemigos de una tierra que no estamos llamados a heredar.
La herencia espera a todos aquellos que se niegan a conformarse.
No hay paz para quienes se niegan a pelear.