La edificación del Reino consiste en edificar personas.

13 de diciembre de 2020
Por: David Hoskins

Lo que edificamos no es lo que nos hace grandes en el Reino. Lo que hace grandes a los constructores del Reino es la manera en que aman, sirven y se sacrifican por los demás.

Lo que estamos edificando en el corazón de las personas es más importante que las iglesias, las organizaciones o las redes que estamos desarrollando.

Mientras los hombres edifican instituciones, Jesús edificó personas.

Nuestra tarea como líderes espirituales es capacitar a las personas para que expresen la plenitud de Cristo en y a través de sus vidas. Jesús tenía cinco atributos especiales que deben ser enseñados e impartidos a cada uno de sus seguidores. Estamos llamados a ser imitadores de Cristo.

1. Él es Pastor: cuida de los demás y sana a los quebrantados.
2. Él es Maestro: habla la verdad desde el corazón del Padre.
3. Él es Evangelista: ayuda a las personas a descubrir el amor de Dios y a ver el Reino.
4. Él es Profeta: ayuda a las personas a oír a Dios y a responder correctamente al Espíritu Santo mientras descubren su identidad y propósito.
5. Él es Apóstol: ayuda a las personas a poner pies a sus sueños y a tener éxito en sus propósitos del Reino.
   

El gozo de los líderes del Reino es ver a Cristo manifestarse en y a través de la vida de otros.

Si modelamos a Cristo, reproducimos a Cristo.
Si caminamos por el Espíritu, caminamos en los frutos del Espíritu.
Si edificamos el Reino, el fruto es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

Si estamos edificando algo para ser grandes, o intentando construir “algo grande”, entonces la grandeza ya se nos ha escapado.

Mateo 23:11–12 (NASB Strong’s – Lockman)
11 Pero el mayor entre vosotros será vuestro servidor. 12 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.